jueves, 25 de junio de 2009

Tu grato nombre




La indagación en mapas desde carajito devino en este buscador infalible de ciudades con nombres... ¿cómo le podríamos poner?, ¿valerosos?
Allá fuimos alguna vez con el big broda a Pelotas, Brasil, adonde recibí una lección de moral de un administrador de un supermercado, que me agarró con las manos en el pomo (literalmente, robando un dentrífico...) y me sermonió con que yo tenía demasiada clase para andar haciendo esas cosas.
En este viaje por Venezuela anduve por Tucacas, escatológico puerto de salida a los cayos del Parque Nacional Morrocoy, donde pernocté al igual que unos días después lo hiciera en el amable Caripito, en el estado Monagas, en el oriente venezolano.
Poco conocí de Caripito, porque llegué tarde en la noche y partí apenas me desperté (no necesariamente temprano), pero en el camino del hotel a la redoma de salida del pueblo conseguí estas instantáneas urbanas.
La ballena estaba en una especie de piscina infantil del Club Social Bolívar, el cerro con el dinosaurio en casa de un vecino cualquiera y el Cristo pre-crucifixión era de un tamaño descomunal, y saludaba la salida y llegada de cualquier cristiano al pueblo, a la vez que vigilaba a los pecadores que salían de los hoteles alojamiento que abrazaban su redoma.

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